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En muchas ocasiones hemos sentido esa pasión desbordante que nos lleva a disfrutar de las mejores aventuras sexuales en nuestras vidas, pero ¿sabías que esa pasión tiene un nombre y además puede influir en nuestra salud?
El deseo sexual es un impulso que estimula el comportamiento de las personas y se manifiesta en nuestro cuerpo a través de diferentes maneras. El libido es ese apetito sexual, que nos lleva a satisfacer una necesidad propia y sobre todo básica para muchxs.
Este apetito suele estar presente en la mayoría de las personas y así mismo puede variar su intensidad con el tiempo. Nuestro libido va fluyendo a lo largo de nuestra vida, nos podemos encontrar en periodos donde nos sentimos con mayor deseo sexual, como también podemos llegar a perder este interés. Y es en estos momentos cuando puede llegar a ser un desafío para la persona, así como también un indicador en para la salud.
Sorprendentemente, el apetito sexual bajo es muy común y se ha demostrado en un estudio global de actitudes y comportamientos sexuales que esta falta de deseo afecta a un 17% de los hombres adultos y un 52% de las mujeres adultas. A menudo, las personas suelen sentir que perder su deseo sexual ejerce cierta presión sobre sus relaciones personales, perjudicando su autoestima y bienestar.
Pero, ¿qué puede significar esta pérdida de apetito sexual sobre nuestra salud?
Si bien hay que recordar que el deseo en cada persona se manifiesta de maneras diferentes o mejor dicho, en grados diferentes y no existe como tal un libido “normal”. En muchos casos, la falta de este puede ser causada por un tema psicológico como: el estrés, baja autoestima o falta de intimidad entre la pareja.
Sin embargo, como la reducción del deseo sexual puede ser un síntoma de algunas patologías graves, vale la pena tener en cuenta otros factores médicos que pueden estar afectándonos. Como por ejemplo:
Testosterona baja
La testosterona es una de las hormonas relacionadas con la excitación sexual, tanto en hombres como en mujeres. A lo largo de nuestra vida, los niveles de testosterona tienden a disminuir gradualmente, por lo que la falta de libido parece ser más común en las personas mayores.
De todas maneras, estos niveles de testosterona también pueden disminuir como resultado de una patología como el hipogonadismo (Incapacidad de las gónadas), por la que los testículos o los ovarios dejan de funcionar correctamente por lo que puede llegar a afectar nuestro deseo sexual.
Afortunadamente, la testosterona baja puede tratarse con terapia de reemplazo de testosterona, así como también se puede adoptar cambios en la dieta o estilo de vida para recuperar esta pasión perdida.
Menopausia
En este proceso natural de las mujeres donde los ovarios dejan de producir óvulos, altera el equilibrio de hormonas como el estrógeno y la progesterona en el cuerpo, ocasionando así esta pérdida del apetito sexual.
Así mismo, en la actualidad los médicos no han asegurado que la pérdida de libido está directamente relacionada con la fluctuación de estrógenos y otras hormonas en el cuerpo o si es un efecto secundario de síntomas como la fatiga o la ansiedad.
Sin embargo, la menopausia si puede ocasionar sequedad e irritación en la vagina, lo cual genera que las relaciones sexuales sean menos placenteras y por ende, reducir el deseo por tenerlas.
Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 causa daños en los vasos sanguíneos, por lo que esta enfermedad puede reducir el flujo sanguíneo a los genitales y hacer que las relaciones sexuales sean difíciles o dolorosas. También llega a afectar el equilibrio de las hormonas en el cuerpo, lo que podría ocasionar una disminución de la excitación o el libido al suprimir la liberación de testosterona en el cerebro.
Sabias que un estudio iraní examinó la función sexual de 110 mujeres diabéticas, descubriendo que el 53% de las participantes tendían a pronunciar un deseo sexual bajo. Así mismo, un estudio similar encontró una "correlación significativa" entre la diabetes tipo 2 y la disminución sexual masculina.
Enfermedades del corazón y otras enfermedades crónicas
Según la Asociación Estadounidense de Educadores, Consejeros y Terapeutas de la Sexualidad (AASECT), los altos niveles de fatiga causados por enfermedades crónicas a menudo suelen tener un un impacto significativo en el interés por el sexo y a menudo están asociadas con la falta de libido.
Algunas de las enfermedades del corazón, tienden a interferir en el funcionamiento del sistema nervioso o vascular. Así mismo, hay ciertos medicamentos que también **pueden reducir nuestro apetito sexual.
Depresión y ansiedad
Diversos trastornos de salud mental se asocian a la ausencia del deseo sexual. En uno de los estudios realizado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la revista neuro - Psiquiatría demostró que el trastorno sexual más frecuente en pacientes deprimidos no tratados es la reducción en el deseo sexual, aproximadamente el 40% hombres y 50% mujeres. Por otro lado, hay estudios similares que determinan la depresión y la ansiedad como dos de las enfermedades más recurrentes en dicha ausencia de libido.
Por ahora no existen motivos exactos sobre este vínculo, pero la depresión y la ansiedad son patologías graves que afectan todos los aspectos de la vida, siendo el ámbito sexual uno de los afectados.
Recordemos que la falta de libido es común, a lo mejor tienes muchos pendientes en el trabajo, tu mente no descansa los suficiente o simplemente tienes otros problemas del día a día que afectan directamente tu libido. Sin embargo, debemos mantenernos alertas por si esto perdura por periodos de tiempo muy largos ya que puede ser una señal importante de otros problemas que hay que atender.
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